09 Feb
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Los Food Trucks no son algo nuevo, al menos no en Estados Unidos donde la cultura de estos camiones vistos en diferentes eventos deportivos o espectáculos, inclusive su regulación fue tan rápida como todo lo que en EU genere dinero o cause caos, pero en México la historia es diferente.

El boom de los food trucks es relativamente nuevo, tal vez unos 4 o 5 años, debido a la arraigada cultura de los puestos callejeros que pudo provocar como su tardía aparición, como su caída durante el último año. Los food trucks comenzaron a aparecer sobre todo en las ciudades en zonas donde convergen muchas de las oficinas más importantes del país y que la hora de la comida se vuelve una lucha comercial entre todos los restaurantes y puestos de comida por el dinero de los oficinistas.

Los food trucks comenzaron a aparecer por estas zonas que también incluyen habitantes con alto poder adquisitivo, por lo que se volvieron una tendencia entre los milenial que, según estudios, prefieren gastar más en lujos como viajes o comida, que en ahorrar para el futuro o pagar por una casa propia.

De esta forma, los food trucks abandonaron esa imagen de “comida rápido” o “comida insalubre” para ofrecer platillos de alta calidad, especialidades de otras partes del mundo y claro, precios más elevados a los que los clientes en potencia tenían que decidir: comer en la calle a precios de restaurante o ahorrar pesos comiendo en puestos de antojos mexicanos que al menos en la CDMX, se puede encontrar uno a cada 10metros.

Pero no podemos culpar sólo a la competencia a la caída de este tipo de negocio en nuestro país, también culpa la tienen autoridades que vieron en este nuevo modelo de negocio como una forma de conseguir dinero fácil, justo como Uber tuvo que ser extrañamente regulado, pidiéndole cierto porcentaje de sus ganancias hacia las arcas del gobierno en curso.

Lamentablemente muchos de los negocios de food trucks no pudieron sobrevivir a estas nuevas regulaciones en solitario y terminaron por cerrar sus ventanas y quedarse estacionados. Muchos, con el suficiente capital se volvieron restaurantes que gracias a su fama como food trucks, pudieron recuperar a sus clientes y obtener nuevos en un lugar fijo.

Actualmente este negocio móvil no ha desaparecido, hay muchos food trucks que sobreviven por las calles de la ciudad o que han preferido especializarse en comida que se ofrece en espectáculos deportivos o musicales, dónde es más sencillo llevar uno de estos transportes que instalar toda una cocina para vender alimentos, aunque muchos de estos vehículos “sobreviven” con constantes renovado de llantas en mexico y de refacciones de baja calidad para mantener tan caros vehículos.

¿Acaso llegará el momento en que los food trucks vuelvan a tener la popularidad que tuvieron en su auge, teniendo de vuelta eventos exclusivos solo para estos vehículos que logramos ver en algunas ocasiones en la ciudad? Sólo el tiempo lo dirá.

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