Casas rodantes ¿lujo innecesario o la mejor forma de viajar en carretera?

En un mundo donde cada día la ecología es más importante que hace una década, el uso indiscriminado de combustibles fósiles es preocupante. El petróleo está en el primer lugar de los combustibles más contaminantes de todos, el cual hemos usado por más de 100 años y que impulso la revolución tecnológica e industrial del siglo XX y continúa en el XXI, pero al mismo tiempo, la que más le ha hecho daño al planeta en tan solo un siglo mientras que la vida del mismo se calcula en millones de años.

Productos derivados del petroleo como el caucho de las llantas es otro gran ejemplo de como hemos abusado de ese recurso y aunque existen empresas de renovado de llantas en mexico apoyando el reciclaje, aún falta mucho por hacer de entre el plástico y muchísimos más materiales.

La gasolina e inclusive el diésel (del cual se hablaba como una alternativa verde a la gasolina hace unos años) han sido tachados de los combustibles para vehículos más contaminantes de la historia y claro, hemos comenzado a buscar alternativas más verdes a esta problemática, además de notar la escases de petróleo que esta casi a la vuelta de la esquina.

La clara transformación de los vehículos eléctricos es una tendencia que muchas empresas están comenzando a adoptar a pesar de su renuencia a hacerlo como las grandes armadoras de autos ante el potencial que ha demostrado Tesla Motors de crear vehículos 100% eléctricos que pueden vencer a autos deportivos movidos por gasolina.

El uso de nitrógeno también comienza a ser una posibilidad, sobre todo en camiones de transporte de pasajeros y de mercancías debido a su gran tamaño, pero que permiten viajes más largos que los eléctricos sin necesidad de recargar en el camino y poder hacer un viaje largo sin escalas.

¿Qué papel tiene las casas rodantes en el actual panorama de reducción de gases de efecto invernadero en el mundo? Definitivamente con vehículos que sin un propósito fijo utilizan grandes cantidades de gasolina o diésel, es posible que no tengan un papel en el futuro de la movilidad que expertos como el cofundador de Lyft ven, tal vez no exista una propiedad sobre los vehículos dentro de unas décadas.

Como todo dentro de la industria, existen casas rodantes de bajo presupuesto con los accesorios básicos para un viaje, algunas han sido ya reparados o han pasado por un renovado de llantas para maximizar su uso para el público, pero también hay empresas que crear estos vehículos a un nivel de extremo lujo para clientes millonarios que no desean quedarse en hoteles de lujo y prefieren llevar las comodidades de una casa rodante de alta tecnología si es que viajan dentro de su país o su territorio.

Existen modelos de ultra lujo como Marchi Mobile Elemment Palazzo que en su presentación top no solo incluye terraza y sala de estar, también acabados en oro y mármol que lo ubican como el vehículo de este tipo más caro del mundo que ronda en hasta los 3 millones de euros.

Existen otros modelos como Furrion Elysium RV presentado en el CES de las Vegas del año pasado, que no sólo incluye todas las modernidades que los usuarios requerían como 3 pantallas de 75”, avanzado sistema de infoentretenimiento, horno, lava vajillas, cava de vino, chimenea, ducha inteligente, el más avanzado sistema de navegación (no autónomo) y un sofisticado sistema de seguridad. Además de poder ampliarse cuando se encuentra parado incluye un helicóptero Robinson R22 para dos personas que puede desplegarse en el techo del vehículo. Esta monstruosidad esta valorada en más de 2 millones de euros.

Y ejemplos como estos podemos seguir citando, como él Mercedes-Benz Vario Perfect de la empresa Vario Mobil que modifico este camión Mercedes inclusive con un garaje para que pueda transportar un auto deportivo pequeño como un Porsche 911, un BMW Z4, un Mercedes Clase A, SL y SLK, hasta un Mini Cooper. ¿Acaso son necesarios todos estos lujos?

Tal vez en esta revolución de los combustibles no contaminantes sea necesario comenzar a replantearse si estos monstros de lujo deben de ser parte o simplemente salir del mercado debido a la huella de carbono que puede dejar uno de estos vehículos que su único objetivo es hacer un viaje más placentero para quienes pueden pagarlo.